Recordando el nacimiento de nuestra Patria:
La docente Estela Mina, organiza el acto con los alumnos de 2do año elaborando un video y una de las carteleras, también participan de esta actividad la bibliotecaria Eleonora colaborando y la docente Carina Sánchez con su alumnos de 3ro y 1er año.
La docente Estela Mina, organiza el acto con los alumnos de 2do año elaborando un video y una de las carteleras, también participan de esta actividad la bibliotecaria Eleonora colaborando y la docente Carina Sánchez con su alumnos de 3ro y 1er año.
Semana de Mayo:
Los historiadores se preguntan
constantemente acerca de cuáles son las causas de los hechos.
En la historia que estudiaban nuestros
padres o abuelos, las causas de los hechos, muchas veces, se reducían a los
pensamientos, ocurrencias, aciertos, errores o arrebatos de un hombre o de un
pequeño grupo de ellos. Eran los hombres importantes, los próceres, los únicos
protagonistas de la historia.
Esta mirada de la historia cambió. También cambiaron
las preguntas que hacen los historiadores respecto de las causas de los hechos
históricos. Preguntan sobre las distintas dimensiones de la realidad: la
económica, la política, la social y la de las mentalidades, es decir, las
creencias, saberes, actitudes o valores de hombres y mujeres. Cuando se toman
en cuenta estas diferentes dimensiones, las explicaciones históricas resultan multicausales.
Los historiadores
discuten acerca de la importancia y el origen de las distintas causas; se
preguntan:
¿Serán más
importantes las causas de tipo económico o las políticas?, ¿acaso serán más
importantes las sociales?
La Revolución de
Mayo tiene una multiplicidad de causas. Algunas están relacionadas con sucesos
americanos, otras con hechos ocurridos en España; algunas son de tipo
económico, otras de origen social. A continuación, les proponemos identificar
las múltiples causas de la Revolución de Mayo.
ü Después de
las invasiones inglesas, en la ciudad de Buenos Aires, capital del Virreinato
del Río de la Plata, los comerciantes monopolistas y los peninsulares
continuaron ocupando la mayoría de los cargos públicos. Pero los criollos
quedaron a cargo de las milicias que se habían organizado para defender la
ciudad en 1806 y 1807.
ü Desde 1808,
fue creciendo el descontento entre los criollos, que pretendían organizar un
gobierno autónomo y practicar el comercio libremente. Finalmente, en mayo de
1810, un grupo de criollos porteños encabezó un movimiento con el propósito de
asumir el gobierno del virreinato.
ü El 14 de mayo
de 1810 llegó al puerto de Buenos Aires una fragata inglesa que traía
periódicos que informaban que la Junta Central de Sevilla había caído ante los
franceses. En España, esta Junta había asumido la autoridad política desde que
el rey Fernando VII había sido tomado prisionero por Napoleón y obligado a
abdicar.
ü La novedad
desencadenó un proceso revolucionario que grupos de criollos preparaban desde
hacía tiempo en cafés y en regimientos.
ü Los criollos
solicitaron al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros la realización de un
“cabildo abierto”. Esta era una acción prevista en el derecho español de la
época: cuando el trono se encontraba vacante, la soberanía (es decir, la
autoridad política) volvía al cabildo.
ü Cisneros no
estaba de acuerdo con la convocatoria al “cabildo abierto”, pero no pudo
impedirla. Fueron invitados cuatrocientos cincuenta vecinos, seleccionados
entre la “gente decente” de la ciudad. Solo concurrieron doscientos cincuenta y
uno.
ü El 22 de
mayo, el “cabildo abierto” debatió acerca de si el virrey debía cesar, o no, en
sus funciones. Afuera, en la plaza, Domingo French y Antonio L. Beruti
encabezaban la “Legión Infernal” y esperaban las novedades.
ü El obispo de
Buenos Aires, Benito Lué, sostuvo que mientras hubiera un español en América, a
ese español los americanos debían obediencia.
ü Juan José
Castelli, uno de los criollos que integraba el grupo de revolucionarios,
respondió afirmando que las colonias pertenecían a la Corona y no a los
españoles. Y que, por lo tanto, estando el rey prisionero, la autoridad volvía
al pueblo. Y que era el pueblo el que, por medio del voto, debía elegir el
nuevo gobierno. El fiscal de la Audiencia de Buenos Aires, Genaro Villota,
sostuvo entonces que Buenos Aires no tenía derecho a decidir, por sí sola, una
cuestión tan importante y que debía consultar a las otras ciudades del
virreinato.
ü El abogado
Juan José Paso, quien también integraba el grupo de revolucionarios, respondió
diciendo que la situación era muy grave, y que como capital virreinal, Buenos
Aires podía tomar medidas urgentes con carácter provisional y consultar después
a las ciudades del interior.
ü Cornelio
Saavedra, criollo y jefe del Regimiento de Patricios, dijo entonces que el
virrey debía cesar en el mando y que el Cabildo debía asumir el gobierno de la colonia.
ü El 24 de mayo
el Cabildo designó una junta de gobierno integrada por dos criollos y dos
peninsulares y presidida por el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros. Los
criollos que controlaban las milicias no aceptaron esta decisión y los miembros
de esta junta tuvieron que renunciar.
ü Con el apoyo
de las milicias urbanas, el 25 de mayo los criollos impusieron al Cabildo una
nueva junta de gobierno presidida por Cornelio Saavedra.
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