Suecia fue el
primer país del mundo en instituir un día del año como "Día del
árbol".
Esto ocurrió en 1840, cuando en dicho país se había tomado conciencia de la
importancia que tienen los recursos forestales, del cuidado que se debía
brindar a los árboles, y la necesidad de introducir a los niños desde temprana
edad, en el conocimiento y la práctica de una tarea a largo plazo.
Años más tarde, muchos suecos
emigraron a Estados Unidos y llevaron consigo esta valiosa herencia cultural,
cuyo ejemplo sirvió para que Norteamérica en 1872, también instituyera su
"Día del árbol". Y a partir de allí comenzaron a establecerlo los
otros países del continente y del mundo.
El 21 de agosto de 1860
Canadá había adoptado la hoja del arce (árbol de singular belleza y buena
madera para la construcción) como emblema nacional. Razón por la que la hoja
del arce o maple pasó a ser el centro de la bandera y escudo que exhibe Canadá
ante el mundo, usándose también, bajo la forma decorativa de broches,
prendedores y botones, cada vez que se celebra el "Día del árbol" en
esa nación.
En la República
Argentina el principal impulsor de la actividad forestal fue Domingo Faustino Sarmiento (Presidente de la
Nación de 1868 a 1874) que en un discurso subrayó: "El cultivo de los
árboles, conviene a un país pastoril como el nuestro, porque no solo la
arboricultura se une perfectamente a la ganadería, sino que debe considerarse
un complemento indispensable", agregando: "La Pampa es como nuestra
República, tala, rasa. Es la tela en la que ha de bordarse una nación. Es
necesario escribir sobre ella ¡Árboles! ¡Planten árboles!".
La prédica de Sarmiento
encontró eco treinta años después, cuando el 29 de agosto de 1900, el Consejo
Nacional de Educación, establecido el Día del Árbol en la Argentina, por
iniciativa del Dr. Estanislao Zeballos.
El árbol es parte de los
bosques y selvas, acompaña al hombre en los caminos, embellece las calles,
plazas y parques de las ciudades, son viejos amigos, fieles y serviciales. Nos
dan frutos para alimentarnos, sombra, madera, medicinas para conservar nuestra
salud, etc. Plantados en cortinas protegen a otros cultivos y formando montes
de reparo protegen a los animales.Fuente: Revista El Bosque. Asociación Amigos del Árbol, Bosques y Parques Nacionales.
DERECHOS DE LOS ÁRBOLES
Ø
Los
árboles tienen derechos, igual que los seres humanos y los animales.
Ø
Tienen
derecho a la vida.
Ø
Tienen
derecho a ser protegidos, y tener cubiertas sus necesidades de luz, agua, aire
y espacio.
Ø
Tienen
derecho a no ser dañados. Todo lo que ponga en peligro su vida es un asesinato
(fogones, incendios de reservas o parques).
Ø
Tienen
derecho a cumplir su ciclo, y la tala indiscriminada les niega ese derecho. Si
la tala es necesaria, hay que hacer una plantación equivalente en el mismo
lugar.
Ø
Tienen
derecho a crecer. Destruirlo siendo pequeño y sin haberse reproducido atenta
contra la especie, e indirectamente contra nosotros mismos.
El árbol ( de Santis Pablo).
Nuestros
antepasados plantaron el árbol a la entrada del pueblo. Siempre estuvo afuera
de la aldea y en el centro a la vez. No llamaba la atención por su pobre
follaje ni por su tronco retorcido, sino por sus frutos. Nunca se sabía cuándo iba a ocurrir, si en
primavera o en invierno, dentro de quince días o dos años.
Yo mismo he visto una manzana, y al año
siguiente un racimo de uvas, y luego una naranja casi amarilla. También
aparecieron frutos que no sabíamos cómo llamar, y que tal vez en otras regiones
fueran habituales. Algunos estaban cubiertos de espinas, otros eran grises y de
olor nauseabundo. Nadie se atrevió a probarlos.
Pero llegó el día en que el árbol agotó
las formas y los colores. Este esfuerzo retorció aún más sus ramas y le dio a
su tronco un aspecto de fósil. El último invierno, antes de quebrarse en la
tormenta, antes de que nosotros hiciéramos una hoguera con sus ramas, para que
no quedara ni una sola huella del árbol, dio su último fruto: un ahorcado.
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